Cuando un avión se encuentra rodando por la pista, a su máxima velocidad y a punto que las ruedas dejen el suelo, está en un punto de no retorno: el despegue no se puede frenar porque ocasionaría una tragedia de grandes proporciones. Algo similar pasa con el Fondo Mundial. Desde su creación, esta nave tiene a casi todos los actores claves a bordo para asegurar un eficiente asocio multisectorial. Pero está recién despegando, con números de cobertura impresionantes y curvas ascendentes en todos los gráficos, con una inversión acumulada que supera los 10 mil millones, salvando hasta ahora más de 5 millones de vidas.
El 24 y 25 de marzo de 2010, en la Ciudad de La Haya, Holanda, se realizó la primera reunión preparatoria del proceso de reaprovisionamiento de fondos para los próximos 3 años del Fondo Mundial para el SIDA, la TB y la Malaria. Esta no es una reunión en la que se prometen recursos financieros, pero es un espacio donde se presentan los resultados, el impacto de los programas y los diferentes escenarios de recursos necesarios en el corto plazo.
Financiar lo correcto
El Fondo Mundial adelantó en un informe que, de existir los recursos necesarios, se podría erradicar la transmisión vertical del VIH. En el mismo sentido, la Sociedad Internacional de SIDA (IAS, por sus siglas en inglés) publicó recientemente datos importantes sobre la relación entre el tratamiento y la prevención: si todas las personas que necesitan tratamiento lo reciben, además de salvar millones de vidas, se reduciría la transmisión del VIH en una tercera parte. Así, también sería posible cumplir con la meta del milenio sobre la reducción a la mitad de los casos de tuberculosis multi-resistentes.
Desde el 2002, la Junta de Gobierno del Fondo ha aprobado políticas muy progresistas en relación con la participación y la programación, sensibles a las necesidades de múltiples comunidades y poblaciones. Algunos ejemplos de esto son las políticas de fortalecimiento de los Sistemas de Salud, de los Sistemas Comunitarios, el Financiamiento de Doble Vía, los requisitos mínimos de los MCPs, las estrategias de Equidad de Género, Orientación Sexual e Identidad de Género. Ahora, hay que financiar su implementación.
El Fondo Mundial ha logrado resultados impresionantes:
· VIH/SIDA: más de 2.5 millones de personas en tratamiento antirretroviral.
· Tuberculosis: más de 6 millones de personas tratadas.
· Malaria: más de 100 millones de mosquiteros distribuidos.
Sin embargo, estos y otros logros están en riesgo. ¿Por qué? Sencillamente, por una falta de compromiso político de muchos de los gobiernos donantes, como así también por la pasividad de una parte importante de los gobiernos y de la sociedad civil de países en vías de desarrollo en relación a las discusiones sobre el financiamiento internacional de la salud. El Fondo Mundial es víctima, aparentemente, de su propio éxito, por haber ofrecido a los países todo el financiamiento necesario para propuestas de alta calidad técnica.
El 24 y 25 de marzo de 2010, en la Ciudad de La Haya, Holanda, se realizó la primera reunión preparatoria del proceso de reaprovisionamiento de fondos para los próximos 3 años del Fondo Mundial para el SIDA, la TB y la Malaria. Esta no es una reunión en la que se prometen recursos financieros, pero es un espacio donde se presentan los resultados, el impacto de los programas y los diferentes escenarios de recursos necesarios en el corto plazo.
Financiar lo correcto
El Fondo Mundial adelantó en un informe que, de existir los recursos necesarios, se podría erradicar la transmisión vertical del VIH. En el mismo sentido, la Sociedad Internacional de SIDA (IAS, por sus siglas en inglés) publicó recientemente datos importantes sobre la relación entre el tratamiento y la prevención: si todas las personas que necesitan tratamiento lo reciben, además de salvar millones de vidas, se reduciría la transmisión del VIH en una tercera parte. Así, también sería posible cumplir con la meta del milenio sobre la reducción a la mitad de los casos de tuberculosis multi-resistentes.
Desde el 2002, la Junta de Gobierno del Fondo ha aprobado políticas muy progresistas en relación con la participación y la programación, sensibles a las necesidades de múltiples comunidades y poblaciones. Algunos ejemplos de esto son las políticas de fortalecimiento de los Sistemas de Salud, de los Sistemas Comunitarios, el Financiamiento de Doble Vía, los requisitos mínimos de los MCPs, las estrategias de Equidad de Género, Orientación Sexual e Identidad de Género. Ahora, hay que financiar su implementación.
El Fondo Mundial ha logrado resultados impresionantes:
· VIH/SIDA: más de 2.5 millones de personas en tratamiento antirretroviral.
· Tuberculosis: más de 6 millones de personas tratadas.
· Malaria: más de 100 millones de mosquiteros distribuidos.
Sin embargo, estos y otros logros están en riesgo. ¿Por qué? Sencillamente, por una falta de compromiso político de muchos de los gobiernos donantes, como así también por la pasividad de una parte importante de los gobiernos y de la sociedad civil de países en vías de desarrollo en relación a las discusiones sobre el financiamiento internacional de la salud. El Fondo Mundial es víctima, aparentemente, de su propio éxito, por haber ofrecido a los países todo el financiamiento necesario para propuestas de alta calidad técnica.
Recientemente, los países han mejorado sus expresiones de demanda y definen con mayor precisión sus necesidades para incrementar la cobertura, para contribuir al cumplimiento de las Metas 4, 5 y 6 del Milenio. Lamentablemente, esto ya no gozaría del pleno apoyo de muchos donantes.
Según un artículo recientemente publicado por Shannon Kowalski en el blog de OSI se menciona que en el 2008 el Gobierno Estadounidense “invirtió” USD 711 billones en gastos militares para la guerra en Irak y Afganistán y otros USD 700 billones para salvar a los banqueros en Wall Street. Otros países en Europa han invertido también grandes sumas en rubros similares. El dinero existe, pero también existen prioridades diferentes.
Según un artículo recientemente publicado por Shannon Kowalski en el blog de OSI se menciona que en el 2008 el Gobierno Estadounidense “invirtió” USD 711 billones en gastos militares para la guerra en Irak y Afganistán y otros USD 700 billones para salvar a los banqueros en Wall Street. Otros países en Europa han invertido también grandes sumas en rubros similares. El dinero existe, pero también existen prioridades diferentes.
El Fondo Mundial necesita más de 20 billones en los próximos 3 años para contribuir significativamente en la respuesta al SIDA, la TB y la Malaria. Y este es el único escenario posible. En octubre será la próxima reunión de reaprovisionamiento en Nueva York y todos nos preguntamos si, a la hora de prometer contribuciones, los donantes habrán tomado las decisiones correctas. Lo que se percibe estos días dice lo contrario.
Castigando el financiamiento doméstico
La secretaría del Fondo Mundial desarrolló un documento analizando el financiamiento domestico en África y en países no africanos de renta media y media alta (RM/MA). En el caso de los países de África se empleó como medida el cumplimiento del acuerdo de la reunión de Abuja, en el que los países se comprometían a incrementar sus presupuestos del sector de salud al 15 por ciento. Ninguno de los países se ha acercado a la meta, con un promedio sub-regional que va entre el 7 y el 10 por ciento (con varios países por debajo del 5 por ciento). En relación con los países de RM/MA la conclusión es clara: todos ellos financian sus gastos en salud, principalmente, de fuentes domésticas, y las contribuciones externas de recursos son complementarias o marginales.
Estos hallazgos generaron diferentes lecturas durante la reunión de esta semana. Estuvieron quienes resaltaron la importancia que el Fondo tiene para catalizar determinadas intervenciones en países de RM/MA, que no serían cubiertas por fuentes domésticas; y estuvieron quienes consideraron incrementar la presión sobre los países en África para progresar en sus compromisos. En el mismo ámbito, también se escucharon las voces de los donantes que argumentaron que el Fondo Mundial no debe financiar a países RM/MA, pues no sería necesario en un contexto global de carencia de recursos.
Michel Kazatchkine, Director Ejecutivo del Fondo Mundial, expresó al cierre de esta discusión: “Debemos comprender que los países RM/MA representan sólo el 15 por ciento de la cartera del Fondo Mundial, dejando en claro los países que se han priorizado”. Y agregó: “El Fondo es un mecanismo que financia la lucha contra las tres epidemias, basado en evidencias y en los criterios de la salud pública. No puede invertir en algunos países sí y en otros no. Debemos seguir cumpliendo el rol de catalizador en aquellos países que tienen epidemias concentradas”.
Este año se aprobará un nuevo orden de priorización (ver documento de priorización de Amigos del Fondo Mundial) y se revisará el criterio de elegibilidad de los países. Si no se habla fuerte y claro, incidiendo en estas discusiones, una vez más enfrentaremos una situación en la que se castiga a aquellos países (en Asia y America Latina) que están invirtiendo localmente en salud.
El punto de no retorno
El Fondo Mundial está en un punto de inflexión: o continúa incrementando sus aportes en forma ascendente, sostenida y predecible, contribuyendo a reducir el impacto de las tres enfermedades; o se estabiliza en su inversión, no pudiendo ofrecer recursos para garantizar tratamiento y prevención a la mayoría de las personas, aquellas que aún no han tenido acceso.
Los donantes han participado activamente en la construcción y gobierno del Fondo Mundial, promoviendo políticas y una arquitectura progresista junto a los países implementadores y la sociedad civil. Los recursos financieros existen y se vienen ubicando en forma copiosa en otros temas alejados de la salud global. ¿Existirá la voluntad política de hacer lo correcto?
Los gobiernos de los países implementadores y la sociedad civil tenemos en los próximos 6 meses el enorme desafío de incidir y presionar en forma firme y coordinada para revertir la tendencia negativa que pueda extinguir al Fondo. ¿Estaremos preparados para este desafío? La batalla la tendremos que dar entre todos.
Castigando el financiamiento doméstico
La secretaría del Fondo Mundial desarrolló un documento analizando el financiamiento domestico en África y en países no africanos de renta media y media alta (RM/MA). En el caso de los países de África se empleó como medida el cumplimiento del acuerdo de la reunión de Abuja, en el que los países se comprometían a incrementar sus presupuestos del sector de salud al 15 por ciento. Ninguno de los países se ha acercado a la meta, con un promedio sub-regional que va entre el 7 y el 10 por ciento (con varios países por debajo del 5 por ciento). En relación con los países de RM/MA la conclusión es clara: todos ellos financian sus gastos en salud, principalmente, de fuentes domésticas, y las contribuciones externas de recursos son complementarias o marginales.
Estos hallazgos generaron diferentes lecturas durante la reunión de esta semana. Estuvieron quienes resaltaron la importancia que el Fondo tiene para catalizar determinadas intervenciones en países de RM/MA, que no serían cubiertas por fuentes domésticas; y estuvieron quienes consideraron incrementar la presión sobre los países en África para progresar en sus compromisos. En el mismo ámbito, también se escucharon las voces de los donantes que argumentaron que el Fondo Mundial no debe financiar a países RM/MA, pues no sería necesario en un contexto global de carencia de recursos.
Michel Kazatchkine, Director Ejecutivo del Fondo Mundial, expresó al cierre de esta discusión: “Debemos comprender que los países RM/MA representan sólo el 15 por ciento de la cartera del Fondo Mundial, dejando en claro los países que se han priorizado”. Y agregó: “El Fondo es un mecanismo que financia la lucha contra las tres epidemias, basado en evidencias y en los criterios de la salud pública. No puede invertir en algunos países sí y en otros no. Debemos seguir cumpliendo el rol de catalizador en aquellos países que tienen epidemias concentradas”.
Este año se aprobará un nuevo orden de priorización (ver documento de priorización de Amigos del Fondo Mundial) y se revisará el criterio de elegibilidad de los países. Si no se habla fuerte y claro, incidiendo en estas discusiones, una vez más enfrentaremos una situación en la que se castiga a aquellos países (en Asia y America Latina) que están invirtiendo localmente en salud.
El punto de no retorno
El Fondo Mundial está en un punto de inflexión: o continúa incrementando sus aportes en forma ascendente, sostenida y predecible, contribuyendo a reducir el impacto de las tres enfermedades; o se estabiliza en su inversión, no pudiendo ofrecer recursos para garantizar tratamiento y prevención a la mayoría de las personas, aquellas que aún no han tenido acceso.
Los donantes han participado activamente en la construcción y gobierno del Fondo Mundial, promoviendo políticas y una arquitectura progresista junto a los países implementadores y la sociedad civil. Los recursos financieros existen y se vienen ubicando en forma copiosa en otros temas alejados de la salud global. ¿Existirá la voluntad política de hacer lo correcto?
Los gobiernos de los países implementadores y la sociedad civil tenemos en los próximos 6 meses el enorme desafío de incidir y presionar en forma firme y coordinada para revertir la tendencia negativa que pueda extinguir al Fondo. ¿Estaremos preparados para este desafío? La batalla la tendremos que dar entre todos.
El Fondo Mundial es un mecanismo multisectorial que promueve un nuevo paradigma de democracia en la salud pública, que a su vez opera basado en las evidencias y en el desempeño, que ha movilizado y ejecutado sumas de miles de millones de dólares que salvan millones de vidas. Y es una iniciativa que apenas está despegando. Si la recortamos o paramos será un desastre humanitario de grandes proporciones, el peor de todos los escenarios.
¿Qué es lo que tu organización está haciendo o puede hacer para cambiar esta situación?
Javier Hourcade Bellocq
Amigos del Fondo Mundial América Latina y el Caribe
25 de marzo de 2010.
Amigos del Fondo Mundial – Latinoamérica y el Caribe (Amigos-LAC) es una iniciativa regional que se enfoca en movilizar apoyo estratégico político y financiero en la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria. Amigos-LAC contribuirá en incrementar la comprensión de, y el apoyo hacia, el Fondo Mundial a través de campañas que aumentan el conocimiento y actividades de incidencia política a nivel de país y a nivel regional. También documentará las historias y lecciones aprendidas del Fondo Mundial. Esta iniciativa busca promover la participación significativa de los gobiernos, el sector privado, el sector académico y la sociedad civil en todas las estructuras del Fondo Mundial que sean a nivel nacional, regional o internacional.
Contacto:
Avda. Córdoba 3949, 6to C (C1188AAF)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ARGENTINA
Tel: +54 11 4862 7454
amigosdelfondolac@gmail.com
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